Squirt... ¿qué?
Cada vez que alguien pronuncia: “squirting”
Suelen aparecer dos reacciones, la primera cara de ¿¡whaaats?! o “¿eso que es? y la segunda de gente imaginando un chorro similar a los que sueltan las mangueras de los bomberos.
No es raro que no sea algo tan conocido, a nivel médico se comenzó a escuchar este término al principio de los 2000 y el porno ya se encargó de difundirlo “a su manera”. Sin embargo, aunque en la India (cuna del Kamasutra y tanta sabiduría sexual) ya se usaba antiguamente con el término Amrita, cuya traducción es algo así como “sin muerte”, le denominaban el elixir de la vida eterna o el néctar de los dioses.
Pero en realidad ¿que es?

Pues aunque se suele confundir con la eyaculación femenina, cuando hablamos de squirting, nos referimos a una práctica basada en la expulsión de líquido por la uretra de manera exagerada, con un chorro intenso, como la traducción de su nombre en inglés, squirt, nos indica. La eyaculación femenina no suele ser tan llamativa, tan potente ni se expulsa tanta cantidad de líquido y, aunque muchas mujeres puedan pensar que se han orinado, no es así. Y aunque el squirting pueda suceder de manera espontánea, suele ser necesario seguir algunas pautas para conseguir un squirt. Conocer dónde tocar, cómo hacerlo, nuestra actitud para facilitarlo y descubrir algunos consejos para no cortar la erótica del momento, es fundamental.
Es importante estar muy relajada, excitada y lubricada (puedes utilizar lubricante para facilitarlo)Y, por supuesto, que nadie te diga cómo tienes que disfrutar tu sexualidad ni te obligue a realizar ningún tipo de práctica, el consentimiento mutuo es fundamental. Lo normal no existe, solo céntrate en tu deseo, tu salud física y mental y tu placer. Decide tu forma de expresarse sexual y genitalmente y déjate llevar.
Dicho esto, vamos al lío:
1. Dónde tocar
Con el squirt se puede liberar, no sólo el líquido segregado por las glándulas de skene hacia la uretra, como ocurre con la eyaculación femenina, sino que se puede acompañar también de orina para conseguir mayor cantidad de eyaculado y poder lanzar un buen chorro.
Para ello es necesario estimular enérgicamente el ya conocido Punto G, descubierto por el ginecólogo Ernst Gräfenberg en los años 40 por casualidad, y bautizado en su honor en 1981. Lo podemos localizar a unos 3 o 5 centímetros de la entrada de la vagina, en su cara anterior. Así, no solo se estimulan las raíces del clítoris, que pueden alcanzar hasta 8 centímetros, sino también, la denominada como próstata femenina o glándulas de skene.
Es una zona de textura rugosa que se suele engrosar cuando la mujer se excita. Sería recomendable estimular previamente el clítoris para que la mujer se excite y conseguir, a través de sus raíces, que se engrose la zona para poder localizarlo mejor.
2. Cómo hacerlo
La posición corporal más adecuada sería tumbada desnuda boca arriba y con las piernas abiertas. Si le estimula otra persona mucho mejor.
La postura de la mano para estimular este punto se llama Spiderman, aunque también se puede conseguir con el pene y existen juguetes eróticos destinados para este propósito. Los dedos corazón y anular se introducirían en la vagina, moviéndose y presionando hacia el ombligo, simulando la mano del superhéroe al lanzar su tela de araña, de ahí su divertido nombre. De manera rítmica, trate de alcanzar el hueso púbico. La palma de la mano podría estimular la vulva y el clítoris.
Tener entrenado el suelo pélvico y el músculo Puboccígeo, tensarlo y relajarlo durante la estimulación, levantar las caderas y presionar las nalgas, también nos facilitará la misión.
Puede que sientas ganas de orinar, pero continúa, hasta que parezca inminente. Entonces puede continuar hasta el final o bien, sacar los dedos con rapidez y empujar como queriendo parir. Se puede estimular el clítoris o los labios mayores entonces.
Si no lo consiguea, no desesperea, puedes obtener mucho placer sin necesidad de conseguir ese efecto fuente llamado squirting, al igual que volver a intentarlo a continuación o en otro momento. La práctica y el entrenamiento siempre son aliados.
*Vas a mojar, muy probablemente, la cama, a la persona que te acompañe, la pared o incluso los aparatos eléctricos que se encuentren cerca. Por tanto, coloca previamente una toalla. Retira los objetos que puedan estropearse al recibir líquidos. Es mejor organizarlo antes de empezar y disfrutar sin preocupaciones durante la sesión que estar pensando en el momento culmen. Puede parecer que tanta premeditación pueda restar frescura a la práctica, sin embargo, si se tiene en cuenta con bastante antelación, no tiene por qué afectar a inicio y desarrollo de la práctica en sí.
* Podrás sentir una sensación diferente, intensa, bastante extraña, puede incluso que desagradable o incómoda hasta la liberación al tener el orgasmo. Algunas mujeres incluso sienten esa sensación placer-dolor, que parece insoportable. Sin embargo, siempre que puedas, continúa. Ese punto suele ser uno de los factores que indican que se están cerca. Si te dejas llevar, permitirás que ese punto de no retorno te ayude a conseguir el squirting.
* Cada mujer es diferente, por tanto, existen diferencias anatómicas y esto puede facilitar o complicar la realización de esta práctica. Parece ser que el tamaño de las glándulas de Skene o el grosor de la pared vaginal, sean factores importantes para conseguir un squirt. Por tanto, pruébalo varias veces si te apetece pero, si no lo consigues, no creas que es disfuncional. No todas las prácticas funcionan y, al igual que nos pueden gustar más unas posturas u otras, puede que esta práctica no sea la tuya. Hay muchas otras con las que poder obtener placer, por supuesto.

Y recuerda que no es necesario para disfrutar de una relación genital conseguir nada concreto, ni orgasmo, ni squirt, solo disfrute el camino.
Investigue, juegue y disfrute lo que surja. Mantenga una actitud positiva y siempre que le guste, será bienvenido.
Cuantas más exigencias y expectativas se genere o le generen, menos disfrutará y conseguirá.
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